Aun antes de manifestarse, este libro vino antecedido, en todos y cada uno de los medios, de una extraordinaria polémica sobre sus conclusiones: que nuestro cosmos como los otros muchos universos probables surgieron de la nada, por el hecho de que su creación no requiere de la intervención de ningún Dios o ser sobrehumano, sino todos y cada uno de los universos proceden naturalmente de las leyes físicas.
En efecto, este libro de Stephen Hawking y Leonard Mlodinow sobre los descubrimientos y los progresos profesionales más recientes nos presenta una nueva imagen del cosmos, y de nuestro lugar en él, muy diferente de la tradicional e, incluso, de la imagen que nuestro Hawking nos había proporcionado, hace ya más de veinte años, en su gran libro Historia del tiempo. En él el enorme físico nos explicaba de dónde procedía el cosmos y hacia dónde se encaminaba, pero aún no podía dar contestación a esenciales preguntas: ¿por qué existe el cosmos?, ¿por qué hay algo en vez de nada?, ¿por qué existimos nosotros?, ¿precisa el cosmos un creador? En los últimos tiempos, el avance de la teoría“M”(en realidad una familia de teorías enlazadas sobre física cuántica) y las recientes visualizaciones realizadas por los satélites de la NASA, nos dejan ya encararnos a la pregunta primordial: la Cuestión Última de la Vida, el Universo y el Todo. Si esta teoría última es verificada por la observación científica, hemos acabado una búsqueda que se remonta a hace más de tres mil años: hemos hallado el Gran Diseño.