En La Mente Del Mundo

Arnau no proporciona un sistema de filosofía, pero sí un modo de comprender el mundo y posicionarse en él. El mecanicismo que ha gobernado la temporada moderna está fatigado. El racionalismo (Descartes), la matematización de la naturaleza (Newton), la ética universal (Kant), la lógica de la competición y el azar (Darwin), llevaron al planeta hasta el límite y algunas prácticas científicas, tan festejadas, se han convertido en una amenaza para la vida. Es el instante de ofrecer una opción alternativa, una nueva cultura mental y un nuevo modo de comprender el misterio de lo real. El tema de este ensayo es la relación entre la observación y la naturaleza. Su hipótesis de trabajo es la distinción entre mente y conciencia. Esa distinción deja establecer una segunda hipótesis: los fundamentos de lo real no son los átomos o cualquier otro tipo de entelequia física o material, sino la percepción y el deseo. El amor es la fuerza de lo real y la vida una erótica de la percepción. Un planteo que va contra el los pies en el suelo moderno. El lector hallará aquí ideas paganas de Grecia y también India, heterodoxos de la ilustración (Leibniz o Berkeley), pensadores de la mente (William James o Whitehead) y teóricos cuánticos (Niels Bohr). Según el principio de complementariedad, los métodos y también intereses con los que investigamos la realidad pertenecen a esa situación. No hay situación al margen de ellos. Nuestra intencionalidad está entretejida con las cosas de todo el mundo. Se puede matematizar la naturaleza y desencantar el mundo. Pero ello no significa, como creía Galileo, que la naturaleza hable el lenguaje de las matemáticas. Significa simplemente que la matematización abre un camino en nuestra relación con ella. Un camino tan legítimo como el poético o filosófico. Esto nos transporta al principio de correspondencia. Diferentes visiones de todo el mundo pueden ser «algunas» siempre y cuando se admita que son complementarias. La objetividad es el consenso de los expertos. Especialistas que perciben, desean y sienten.