Eres un animal. No te preocupes. ¡No tiene nada de malo reconocerlo!
Por más que nos queramos resistir a aceptarlo, somos tan animales como el perro que se siente dueño de tu sillón o el gato que se duerme sobre el teclado de tu computadora. No obstante, algo nos distingue de todos ellos y nos transforma en, bueno, humanos. ¿Qué es eso que nos divide?
Con letras certeras sobre la pérdida de la confianza en estos días, que nos condena a una vida tan hiperconectada como solitaria, Vico nos enseña que la amistad es importante, que comunicar y sabernos una parte de algo es vital.
Solo debemos atrevernos y remover los miedos sin sentido, a ser capaces de ver el mundo con ojos curiosos y rememorar que «sin el resto no somos mucho más que animales».
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