Vivimos bajo una euforia tecnocrática donde las expresiones sociales y culturales pasan obligadamente por el cautivante filtro de las imágenes. Desde su extensa obra, Jean Baudrillard nos alarma sobre los riesgos que avizoran a este planeta de simulacros y simulaciones. Profeta indiscutible de estos momentos, Baudrillard ha conocido tomar distancia de cualquier optimismo complaciente, desarrollando una crítica insuperable al trasfondo cínico de un sistema apoyado en la seducción fría de los mass media y la publicidad. A la realidad desilusionada del presente, Baudrillard le encara su definición de seducción como reversión, desafío, ilusión.
Su pensamiento reúne, con estilo singular, todos los debates actuales: del posfordismo a la posmodernidad, bajo los ecos del posestructuralismo francés, y nos invita a recorrer con lucidez la seducción de todo el mundo sin caer en el frívolo nihilismo del individualismo posmoderno.