APRENDE A QUERERTE A TI MISMO Y A LOS DEMÁS. DESARROLLA TU CORAZÓN COMPASIVO Y TENDRÁS UNA VIDA MÁS SANA Y FELIZ
No queremos que nadie nos compadezca, porque lo asociamos a la pena, a la lástima. Esta es una visión de la compasión muy extendida, pero equivocada. La compasión es lo que hay en los ojos de una madre que acuna a su bebé en el momento en que tiene fiebre: se conmueve con su mal pero más que nada hace lo viable por sanarlo. Va más allá de la empatía, porque impulsa a la acción. Y sucede que la compasión no es otra cosa que el deseo de que todos los seres vivos, incluyéndonos a nosotros mismos, se hallen libres de sufrimiento. Este libro es una guía fácil y práctica que te orientará en la ruta que se adentra en el corazón del mindfulness: la compasión. Te ayudará a entenderla, a sentirla y a desarrollarla en la práctica de la meditación. Y descubrirás que ayudar y calmar el mal de otro (o de uno mismo) va a hacer que sientas alegría y paz interior. La compasión y la autocompasión son habilidades que pueden ser entrenadas, fortalezas que nos permiten transformar para bien el sufrimiento sensible, que generan cambios cerebrales que contribuyen a prosperar las relaciones entre personas, a acrecentar nuestra sabiduría, nuestra salud y nuestra felicidad.
No queremos que nadie nos compadezca, porque lo asociamos a la pena, a la lástima. Esta es una visión de la compasión muy extendida, pero equivocada. La compasión es lo que hay en los ojos de una madre que acuna a su bebé en el momento en que tiene fiebre: se conmueve con su mal pero más que nada hace lo viable por sanarlo. Va más allá de la empatía, porque impulsa a la acción. Y sucede que la compasión no es otra cosa que el deseo de que todos los seres vivos, incluyéndonos a nosotros mismos, se hallen libres de sufrimiento. Este libro es una guía fácil y práctica que te orientará en la ruta que se adentra en el corazón del mindfulness: la compasión. Te ayudará a entenderla, a sentirla y a desarrollarla en la práctica de la meditación. Y descubrirás que ayudar y calmar el mal de otro (o de uno mismo) va a hacer que sientas alegría y paz interior. La compasión y la autocompasión son habilidades que pueden ser entrenadas, fortalezas que nos permiten transformar para bien el sufrimiento sensible, que generan cambios cerebrales que contribuyen a prosperar las relaciones entre personas, a acrecentar nuestra sabiduría, nuestra salud y nuestra felicidad.