De manera frecuente acabamos abatidos y cansados de nosotros pues una y otra vez repetimos hábitos que nos impiden resolver nuestros inconvenientes. Estas formas de accionar negativas son fruto de las psicotrampas, de los mecanismos sicológicos que nos hemos construido y terminan encadenándonos.
Eran resoluciones eficaces que hemos seguido aplicando sin preocuparnos de los resultados, y que en el final se convirtieron en nuestras trampas sicológicas, ya que por el momento no sirven para arreglar los inconvenientes.
Eran resoluciones eficaces que hemos seguido aplicando sin preocuparnos de los resultados, y que en el final se convirtieron en nuestras trampas sicológicas, ya que por el momento no sirven para arreglar los inconvenientes.