Un día como cualquier otro de 1970, Sebastião Salgado tomó por vez primera una cámara entre sus manos. Tenía entonces 26 años. Al mirar a través del visor tuvo una epifanía: de repente, la vida cobró sentido. Desde aquel día (y a pesar de que debieron pasar años de duro trabajo hasta que pudo ganarse la vida como fotógrafo), la cámara pasó a ser la herramienta a través de la cual interaccionar con el planeta. Salgado, que «siempre y en todo momento ha favorito la paleta de inconvenientes de las imágenes en blanco y negro», tomó muy escasas fotografías en color antes de renunciar por completo a este medio.
El fotógrafo Sebastião Salgado, que medró en una hacienda de Brasil, siente un profundo amor y respeto por la naturaleza; asimismo, es un hombre profundamente puesto en compromiso con la devastadora situación socioeconómica en la que, de manera frecuente, se ven damnificados los humanos. Entre los innumerables trabajos que Salgado ha producido a lo largo de su prestigiosa trayectoria, destacan tres pr…