Debbie no desea tener relación con el mundo de las animadoras y los futbolistas, básicamente porque su madre fue capitana de animadoras y su padre capitán del aparato de fútbol. Una historia amorosa de las que logró historia y que se sabe de memoria. No desea proseguir los pasos de su madre, aunque sabe que la única forma de comprenderla es finalizando en la fraternidad de animadoras rodeada de pompones para eludir que la vida que emprende las separe mucho más de lo que ya están. Pero no contaba con que un beso inesperado iniciara su amistad con Neill… capitán del aparato de fútbol.
Con solo una observación, Neill es capaz de calentar su sangre y apresurar su corazón como si acabara de correr los cien metros llanos. Ella procura ser solo una joven mucho más que disfruta de su vida universitaria, y para nada se va a enamorar de Neill. El inconveniente es que en el momento en que Neill la besa siente que es capaz de acariciar el cielo. ¿Se arriesgará a ofrecerle un beso mucho más y acabar enamorada de un capitán de futbol como lo fue su padre?
Si bien intente huír el destino siempre y en todo momento tiene sus planes…